La larga posguerra

 La larga posguerra 

(1939-1950)

El estallido de la segunda guerra mundial a los pocos meses de la victoria franquista condicionó la política del régimen. 
En 1939, la España franquista mantenía unas relaciones excelentes con la Alemania nazi y la Italia franquista. Sin embargo al declarar la segunda guerra Franco se declaró neutral. En 1940 Franco adoptó una política de no beligerancia para mantener abierta la posibilidad de intervenir a favor de Alemania. El momento de máxima colaboración se produjo en junio de 1941, cuando se envió al frente ruso un cuerpo militar de voluntarios, División Azul. Al acabar la contienda en 1945, en el ámbito internacional existía un rechazo hacia la dictadura franquista. La ONU negó la admisión de España en la organización. La dictadura reforzó su línea autárquica y represiva y su discurso ultra nacionalista. 
 
 

AUTARQUÍA Y RECESIÓN ECONÓMICA 

España era un país arruinado. Diezmada demo gráficamente, el hambre y la extrema necesidad eran la realidad cotidiana de una gran parte de la población.

La solución que dio el régimen franquista a la penuria económica estuvo marcada por el modelo creado en la Italia mussoliniana y consolidado en la Alemania de Hitler: la autarquía, una política económica basada en la búsqueda de la autosuficiencia económica y la intervención del estado. Continuó vigente el racionamiento de alimentos, Estado quería controlar todos los ámbitos de la vida económica. La mitad de la población trabajaba en el campo, pero la producción era insuficiente. El régimen culpó de este descenso de la producción a la pertinaz sequía. La producción industrial no recuperó los niveles previos a la guerra hasta 1950. El comercio exterior se redujo a la importación de alimentos de países. El comercio interior se vio profundamente alterado por la escasez de productos. El racionamiento dieron lugar al mercado negro. Al mismo tiempo, el hambre y la desnutrición se convirtieron en algo habitual. 


 

LOS PRIMEROS OPOSITORES AL RÉGIMEN

Los maquis, integrados por excombatientes del ejército republicano. La victoria de los aliados y el bloqueo internacional contra el franquismo . En 1951, el boicot a los tranvías de Barcelona por la subida de tarifas constituyó la primera protesta de masas en la historia del franquismo.                                                                                                         En la universidad, las tensiones fueron creciendo en demanda de más libertad en las cátedras y en las aulas. El malestar universitario culminó en los incidentes de la Universidad Complutense de Madrid en 1956 con enfrentamientos entre los estudiantes y los falangistas del SEU. Estos incidentes, que provocaron la dimisión del ministro de Educación Ruiz-Giménez, mostraron la aparición de una nueva generación, formada esencialmente por los hijos de los vencedores, que iniciaba su oposición a la dictadura. 

Los partidos y sindicatos de oposición

Los diferentes grupos políticos y sindicales se adaptaron de diferente forma a la dura represión del franquismo y a la evolución de la sociedad española. Mientras que el PSOE se convirtió en un partido débil y dividido entre sus dirigentes del exilio y del interior, el PCE pasó a constituirse en el principal partido de la oposición  con una fuerte estructura clandestina. Mientras, los anarquistas, así como los republicanos, prácticamente desaparecieron. La oposición de liberales o monárquicos solo apareció al final de la Dictadura en torno a algunos medios de comunicación. En el terreno sindical destaca el nacimiento en 1962 de las Comisiones Obreras. Propiciadas por el Partido Comunista, se basaron en el aprovechamiento de las fisuras legales que permitía la legislación franquista y en la infiltración en la Organización Sindical. Los sindicatos históricos, la UGT y la CNT, apenas tuvieron presencia durante la dictadura.

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